LA NECESIDAD DE UNA
TEORÍA SOCIAL Y SITUADA DE LA COGNICIÓN Y DEL APRENDIZAJE
La importancia del
constructivismo en la educación considera que se revalore el aprendizaje en su
papel de actividad social y no solo como acto de cognición social o intrapsíquico.
En los ochentas destacan las aportaciones de la perspectiva denominada cognición
situada (situated cognition), que establece la importancia de la actividad
social y del contexto en el proceso de aprendizaje. Brown, Collins y Duguid,
1989) reconocen que el aprendizaje escolar consiste en buena medida en un
proceso de aculturación, donde los alumnos pasan a formar parte de una
comunidad o cultura de aprendices y practicantes de determinados saberes que
consideran relevantes en dicha comunidad.
Para Wegner (2001) el aprendizaje
se concibe como un fenómeno fundamentalmente social. También para este autor
una teoría social del aprendizaje contempla como componentes clave los
siguientes:
·
El significado como capacidad individual y
colectiva de experimentar la vida y el mundo;
·
La práctica como compromiso mutuo a través de la
acción;
·
La comunidad como configuración social donde se
adquiere competencia;
·
Identidad como devenir personal en el contexto
de comunidad.
Desde la perspectiva situada, el
proceso de enseñanza debería orientarse a aculturar a los estudiantes a través
de prácticas auténticas, es decir, cotidianas, significativas, relevantes en su
cultura, mediante procesos de interacción social similares a los que ocurren en
situaciones de la vida real.
Para Resnik (1987), la forma en
que se fomenta el conocimiento en las escuelas, con frecuencia contradice cómo
se aprende fuera de ella.
·
El conocimiento que se fomenta en la escuela es
individual y fuera de ella es
compartido.
·
El conocimiento escolar es de tipo simbólico-
mental, mientras que fuera de ella es físico instrumental;
·
En la escuela se manipulan símbolos libres de
contexto, mientras que en el mundo real se trabaja y razona sobre contextos
concretos.
·
Retomando a Brown, Collins y Duguid (1989), la
escuela intenta enseñar a los educandos mediante prácticas sucedáneas
(artificiales, descontextualizadas, poco significativas).
En consecuencia, cuando se aboga
por la cognición y el aprendizaje situados, se intenta una mirada educativa
donde se plasman las ideas de la corriente sociocultural vogotskiana, en
especial la concepción de andamiaje del parte del profesor (experto) hacia el
alumno ( novato).
El mayor reto que asume la
perspectiva del aprendizaje y la enseñanza situada es cambiar la dinámica en
las aulas y lograr una verdadera educación
para la vida. La cognición situada asume diferentes formas y recupera
distintos marcos de referencia, vinculados con conceptos como "aprendizaje
situado", "comunidades de práctica" y "participación periférica
legítima", así como el modelo de aprendizaje cognitivo (cognitive
apprenticeship), o aprendizaje artesanal.
Derry ,Levin y Schauble (1995),
afirman que desde la perspectiva sociocultural la autenticidad de una práctica
educativa se determina por el grado de relevancia cultural de las actividades
en que participa el estudiante, así como por el tipo y nivel de actividad
social que éstas promueven. Las prácticas educativas que satisfacen en un nivel
alto los criterios anteriores incluyen el análisis colaborativo de la
información o contenidos de aprendizaje, las simulaciones situadas y el
aprendizaje in situ, es decir, el que se desarrolla en escenarios reales, donde
los alumnos realizan actividades auténticas. Por el contrario, actividades como
lecturas individuales y descontextualizadas, o la resolución de ejercicios
rutinarios con datos o información inventada, tienen el más bajo nivel de
actividad social y de relevancia cultural.
2a. Exposición martes 14 de
febrero 2012
Jorge Andrei Campos Junco
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